(Sonatina)
Ya basta de este hastío marchito de esperanza
si sobran duras piedras en campos de labranza,
y el juicio, con el tiempo, se torna inquisidor.
Persigo vanas huellas errando en el camino,
difícil pernoctar sin hallar un destino,
¿quizás sea utopía bregar por lo mejor?
.
Me seca la sonrisa el llanto de aquel pobre
con llagas en el alma, con su mirar salobre
y los huesos calcados que dibujan la piel,
o la mano pringosa del huérfano inocente
que clama por cariño aunque ya nadie intente
saciar tantos pesares que saben solo a hiel.
.
Aun frente a los altares, el rezo condolido
no apaña la inclemencia que agobia al desvalido,
o al menos no le brinda una oportunidad,
quien, cómodo en la banca, repite su falacia,
un vil oportunista que vive “en democracia”
y llena mil alforjas previendo impunidad.
.
Se sabe, todo necio seguro ocupa un puesto,
merced a la obsecuencia lo gana con un gesto
del líder que lo “educa” para su propio fin.
No vale ya el decoro; la prez vira obsoleta;
el título no existe; se lucra con la treta;
la voluntad del recto se emplea de cojín.
.
Las leyes no se cumplen; los jueces... de verbena;
los reos siguen libres, al bueno se condena;
los grises del indigno oliscan a un paúl.
Da pena..., no hay valores. Se avala al sobornable;
el vicio o la incultura es práctica aceptable
y deja sentimientos finando en un baúl.
.
Que cesen los abusos, los hurtos, la violencia,
que el estadista inspire con mágica decencia,
y sirva a la pujanza del “reino del revés”.
Icemos nuestra enseña con gloria, con laureles,
gozando en libertad sin miedo a los infieles,
incluso cabalgando por sobre los traspiés.
Miriam Chamba
Compartido por Luis Humberto Pulgarin Mejia
No hay comentarios:
Publicar un comentario