Las tardes se han
quedado detenidas,
una ola de sensaciones
llega inesperadamente
una intrépida gaviota
bate sus alas en su
perenne vuelo perdiéndose
de mi vista y el eco
de sus gritos es lo único
que dejas en el cielo infinito
Luego te imagino,
sobre ese mar que aúlla,
en su eterno grito en ese
majestuoso tumbo
de esas ondas verdes
de esas aguas turquesas
y su espuma blanca
bajo la luz del sol que
expira, en el ancho cielo,
Te imagino, sobre ese
inmenso mar, que retumba,
como trueno, luego te
deslizas al silencio
Inesperadamente,
te disipas, te desvaneces
impalpable, en esa región
azul del infinito, a otros
crepúsculos lejanos...
Mirna del Carmen Orellana Romero -Honduras-
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