No me pongas corona
que quiero libre mi cabeza
para en ella sentir el sol.
No soy noble sino plebeyo
y cuanto tengo lo gané trabajando
un día sí y otro también.
Esa corona de papel
guárdala en la caja
y escóndela en el trastero.
Prefiero que me coloquen
una corona de laurel
porque vibraron con mis versos.
Al menos ésta solo cubrirá
mi frente dejando al descubierto
mis blancos y rizados cabellos.
Pero si al final no hay corona
mucho mejor porque como hombre
del pueblo no necesito tal prebenda.
JOSÉ LUIS RUBIO
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