Debería callar;
mas hacerlo no puedo,
al importarme un bledo
si, por hablar,
en la paz de Dios quedo:
¡Diré de independencia!,
… de unos locos
que, aún siendo pocos,
aúllan sin conciencia
ni razón ante los focos:
¡Ay, si mejor decir pudiera!
... de ladrones diría,
por robar lo que sería
la Joya que más luciera
de toda la Joyería:
¡Rubí de hermoso color!
Un fiel brillante,
con luz fulgurante
de irisada flor
y puro diamante:
¡Un azul Mediterráneo
lleno de poesía!,
… al que rinden pleitesía
mis ojos, cuando lo veo
inmenso en su travesía:
¡Tierra de mis entrañas!,
tan bonita y galana
que, cada mañana,
al sol extrañas
cual rosa temprana.
Un preciado legado,
que a mí me pertenece
y conmigo permanece,
real o soñado,
siempre que amanece:
¡A ti no voy a renunciar;
eres Tú quien me obliga!
… un amor que me castiga
a tenerme que pronunciar
y que más alto lo diga:
¡T’estimo Catalunya,
Cataluña te quiero!
Paco Aguilar i Espada
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