PRESO EN TU REGAZO

Brotas en mi pecho como manantial;
agua cristalina que empapa mi antiguo erial,
hoy convertido en verde y frondoso vergel
de donde mis penas huyen en tropel.

Penetras en cada poro de mi piel,
apartando de mi historia toda la hiel;
arrancando uno a uno todos mis temores
y haciendo tornar en sonrisas mis malhumores.

Eres rayo de luna para mis ojos,
esos que solo de tu figura tienen antojo;
llenando con tu luz mis noches oscuras
que en tu pecho dejan de ser tristes y duras.

Me envuelves cual enredadera con tus brazos
y es entonces cuando quiero morir en tu abrazo,
pues en él no existen las dudas ni las penas,
solo noches claras que preceden a mañanas serenas.

Y así preso en la calidez de tu regazo
quiero vivir el resto de mi vida pedazo a pedazo,
mientras tus dedos juguetean con mi pelo
al tiempo que me elevas hasta el cielo…

Isidoro Giménez