Tan hondo penetraste en mi vida
que tus raíces llegaron hasta mi alma,
si siendo de mi amor la consentida
que mi sólida voluntad tú, desarmas.
Las horas sin ti, se alargan cruel y despiadada
como sólidas cadenas que a mí te atan,
pues tu ausencia, como crueles puñaladas
desangran mi frágil corazón, y a mí me matan.
Dejaste mis alas de sueños extendidas
cuando casi tocaba el buscado infinito,
quitaste de un soplo, las brisas sostenidas
y al precipicio del abandono, me precipito.
Encendiste en mis ojos la hoguera del primor,
que me hacía verte de forma diferente,
llenando mi cautiva vida, del delirante clamor
que provoca acariciar tus senos suavemente.
Me llevaste al disfrute, entre tus piernas
que eliminaron de mi ser el resquemor,
de mis deseos insaciables que gobiernas
para gozar por siempre, este delirio de amor.
Roberto Batista Pargas -CUBA-
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