Llévame en tus pensamientos,
en las ideas locas y confusas que te hacen perder la cordura
Llévame en tus labios,
en los besos prohibidos que exacerban y desquician tus más bajos instintos
Llévame en tu cuerpo,
en las caricias apasionadas y candentes que se tatuaron en tu piel y jamás borrarás
Llévame en tu vientre,
en el encuentro fortuito de lisonjas que hacen explotar y nos dejan exhaustos
Llévame en tu mente,
en cada respiración,
que de pronto se vuelve un suspiro, y hace que pierdas el aliento
Llévame en tus brazos,
en tu regazo,
en esa entrepierna que vibra cada que presiente mis labios
Llévame en esa silueta
que se contrae y excita cuando percibe mi respiración cerca
Llévame
y no permitas incubarme en todo tu ser,
pues quedaré atrapado y no desearé salir hasta el amanecer
Abraham Méndez -México-
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