¡Eres santo y seña!;
… como una florecica pequeña,
que con delicada hermosura
sus pétalos enseña;
bella flor que en ti se configura.
Son tus ojos mi calma,
tus labios, cáliz de esa miel pura
con que llenas mi alma:
¡Eres mi estandarte!;
… avecilla, que por solo mirarte
mi corazón ríe contigo y vuela:
¡Tierno amor que darte
por esa sonrisa que me consuela!
Paco Aguilar i Espada
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