Un agujero en la hoja.
Una puerta en la montaña.
Un camino entre las piedras.
Allá, al fondo, un barco que navega
con el viento de cara.
Aquí, junto a mí, una hormiga
que arrastra un trozo de hoja.
Perdida la yegua blanca
entre las piedras del camino.
Cerrada la puerta para el peregrino
que quiere vivir en la montaña.
Coseré el agujero de la hoja.
Abriré la puerta.
Señalizaré el camino.
Ya la hoja no tiene agujero.
Hemos atravesado la montaña.
El camino se ha cubierto de césped.
Solo se oye el soplar del viento.
JOSÉ LUIS RUBIO
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