No creo en Dios por ser etéreo
e
irreal,
así los prójimos creyentes que me tratan
se escandalicen,
me censuren
y
se sostengan,
asegurando
que estoy poseso del demonio
y
me gusta blasfemar
y
ese es el motivo,
por el cual a pesar de ser buena persona
me voy a condenar.
Eso no me abruma
ni zarandea,
yo sigo actuando
y
discurriendo igual;
porque creo más en ti...
que eres tangible
y
muy real;
te tengo junto a mí
y
tus encantos los puedo disfrutar.
Si es a tu lado,
complacido al infierno,
contigo iré a parar;
entonces dime:
¿qué estamos esperando?
Ya es tiempo
para que comencemos a pecar
y
pase lo que pase
después de muertos,
los sortilegios que me ofreces...
no los puedo despreciar,
porque los dos nos hacíamos falta
para complementar la mutua felicidad;
despleguemos nuestras ansias
y
ahora que podemos estar juntos...
dediquémonos
a transformar nuestros sueños
en aquella apetecida realidad,
para la cual nos habíamos preparado
de tal modo,
que logramos enjaularla,
evitando que por ser alada
pudiérase escapar.
Gerardo Carrascal Santiago -Colombia-
No hay comentarios:
Publicar un comentario