Hoy vuelan las gaviotas,
recorriendo cada rincón de mi alma,
y el aire se debate entre mis dientes,
escondido y ausente.
Hoy la lluvia es fina y delicada,
y se adentran en los cristales de mi alma,
mojando cada pétalo de una rosa delicada,
que encuentra a su paso en la alborada.
Llenándose el aire de mis sonrisas,
de tibieza y colores otoñales,
de la melancolía y la dulzura de mil caricias,
de esas hojas marchitas pardas,
que en su paso quedaron desgranadas por las gaviotas.
Hoy la lluvia cae fina y aterciopelada,
cómo si fuera librando mil batallas,
hoy sus caricias son la ausencia de mis lágrimas,
perdidas en los temores de mi alma.
Hoy se llenará el cielo de estrellas,
pues la lluvia, borró todos los viejos rencores,
brillarán bravías, por los nuevos tiempos,
y se llenará la luna de reluciente plata,
y ahuyentará los malos recuerdos.
Hoy el viento se entrega a luna,
quedándose pausado llenándose de ternura,
las gaviotas mirarán hacia otro lado,
y olvidarán los daños causados.
Olivia Cortes Rubio -Málaga-
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