Entre nieves cautivas del invierno
tirita el corazón, se enfría el alma.
Se deslizan prisioneros del recuerdo
los cantos de amor, que cual cristales,
se rompieron con la escarcha de los tiempos.
Salve señor, a quien rezo el Padre Nuestro,
salve al amor, que perdure entre los seres
la esencia viva de sensual encanto,
el amor profundo que alberga el sentimiento.
Cantos de amor en los cuatro horizontes
se oirán con entonadas voces dulces
será el amén de campos recorridos
de serenos mares, de dormidas selvas.
Callen los verbos que conjugan en pretérito
el futuro sabe a misterios de unos labios;
pregoneros serán los versos que enamoran,
mas los que aman serán más sabios que los sabios.
Raquel Alejo -PERÚ-
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