Cuando muera
no me llevaré el adiós,
partiré con tu nombre
a flor de labios.
No habrá prisa en la partida,
ni esperanza de encontrar
algo distinto,
solo espero dormir
en un lago de memoria
que he tendido noche a noche,
enfrentando con sigilo
las posturas del silencio.
Cuando muera
partiré de tu recuerdo,
todo rastro de mi aliento
enquistará en la página del tiempo
reposando en la grisura de la nada.
No te hará sufrir soñarme,
llevaré conmigo todo aquello
que pudiese recordarme,
como sello inconfundible
de la huella que he borrado,
del espejo mi faz fue retirada.
Y al abrigo evaporado del olvido,
cuando muera simplemente
habré partido;
sin temores, sin adioses
y sin nombre.
José Luis Gareis -Argentina-
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