SEÑOR... DE LOS MILAGROS

Nuestra Ciudad de los Reyes viste de manto morado,
en mar humano colmado, que tienta alma y devoción,
poniendo nuestro clamor en acción, Templo transitado,
nuestro amado Señor de los Milagros en elación.

Gentes de todo color en oración, cirios, inciensos
se atribuyen inmensos ante tu altar con misticismo,
uniendo púrpura cultismo, te enaltecen intensos,
se agigantan densos optimismos y todo humanismo.

Las calles alumbran cristianismo, mar de corazones
fervientes, obedientes con buenas razones lucientes
entregados a las fuentes de su fe y vastos sermones,
sus pasiones, adorar al Cristo Morado, muy afluentes.

Del mundo, fieles llegan en viaje de peregrinaje,
homenaje al Señor de los Milagros, venerar imagen.
El Dios de Pachacamilla hace milagros con linaje
que revoca plumaje de malos letargos, su imagen.

Cada cuadrilla se establece ante su Cristo Morado
y depone pecado, limpia sus lágrimas y dolor.
Eminente avanza el Señor, en cada paso aclamado
ser amado, tu pueblo te proclama, vivo color.

Las flores de colores adornan techos y balcones,
Perú te implora con oraciones, dedil religioso
las Marías danzan de gozo lluvia de bendiciones
y cantan canciones bellas, al Santo Cristo amoroso.

Nuestro Cristo milagroso, disipa tus vanos temores,
nos viste con dulzores, amores y candor eterno
afirma su fe y loores y ampara a los pecadores,
elimina agrios rencores y nos saca del infierno.

Nunca le digas a tus hijos que Dios no existe porque se niega el alpiste de amor que de su corazón brota y los hace incrédulos de los buenos designios de Dios.

Rosa Elizabeth Chacón León -Estados Unidos-