Yo también
Fui un día el retoño de un jardín
también deshojé margaritas
soñé bajo la luna, dancé descalza
con el pelo suelto.
Yo también
Encumbré mis pensamientos
hasta el cielo y se desmoronaron
mis ilusiones en el suelo.
Yo también
Amé hasta creerme dueña de la dicha
también besé con el temblor
de una principiante, los cálidos labios
de un mancebo enardecido y viril
Yo también
Entregué un día, mi virginidad
sin saber que era más importante
el sentimiento que la entrega.
Pues esta última efímera
se desvanece con el tiempo
sin embargo, el sentimiento
¡Oh! el sentimiento.
Ese ...ese...
Es mi yo, mi aliento
mi andar, mi voz, mi pluma.
este réquiem de nostálgica cordura.
Dahilda Gómez Pino
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