Belleza y galanura florecida de luminiscencia,
lindura juvenil tan irreductible y deslumbrante,
brotan bondades atrayentes, llenas de ilusión,
¡qué embeleso tan irrefutable de la soberana!
Sublimizada de ternura y teñida de embeleso,
azulina de corazón y fascinada de exaltación,
¡Princesa guapísima!, que es muy iluminante,
radia con luz propia y cautivante de atracción.
Optimista y próspera por su nobleza del alma,
su lozanía y verdor espiritual es muy brillante,
la vitalidad rociada de la juventud es fastuosa.
La alegría permanente emerge de tu corazón,
como rayo reluciente, que se radia ágilmente,
florece tu gracia intensamente, lleno de claror.
Julio César Portella Medina -Perú-
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