III
Te amo en secreto pero tú ya lo sabías
Aceptabas mis locuras y de mis locuras te reías
Te esperaba en la banca en las tardes que llovía y te
acompañaba en silencio
Hasta que al final del parque desaparecías
Te admiraba a lo lejos y desde lejos tú me sonreías
Y alguna vez entre mis alucinaciones escuché muy claramente que al oído me decías:
¡Viejo tonto yo te he querido desde el Génesis; el principio de los días!
Por favor les suplico no me despierten de este sueño
De estas, mis interminables alegorías
Abraham Méndez -México-
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