Algunas noches mis sueños,
me gastan malas pasadas,
son pesadillas aisladas,
mas duras, como beleños.
De mi almohada son los dueños
los versos de mis poemas,
que me desvelan los temas
en los que he de escribir,
luchan tanto por salir
que me lanzan hasta lemas.
Yo pretendo defenderme,
que los versos no dominen,
que las sílabas no opinen,
que acaben ya de joderme.
Cuando la persona duerme
y sus poemas le hablan,
la disquisición entrablan
del tema de la locura,
esto dicho con finura,
mas estas cosas endiablan.
Cierto es que las cabezas
funcionan muy malamente,
pues el verso independiente
no ha de separar las piezas.
Una más de las rarezas
de nuestro cruel inconsciente,
que se parece a un pariente
listo a perjudicarnos,
esto ya es para cagarnos,
¿dejarás que te lo cuente...?
Julio G. del Río -Valencia-
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