Lúcidos y
qué solos también.
Esclavos de los sueños,
de voces que nos rodean
penetrando en el alma amada,
susurrando clemencia a la parca
penetrando la carne efímera
de voces que nos sitian,
esclavos de nosotros.
Qué solos y lúcidos,
lúcidos y...
GUILLERMO JIMÉNEZ FERNÁNDEZ -Mérida-
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