viernes, 3 de enero de 2014

DETÉN EL TIEMPO


Detén el tiempo.
Que no llegue el alba.
Abraza mis labios
con la suave ternura
de tu lengua y la mía,
haciendo nuestros labios.
Desciendes vampiresco
por la piel de mi cuello,
que reclaman tus manos
recorriendo todo mi cuerpo,
que tiembla al paso de tus dedos.
Mis senos contra tu pecho,
sintiendo tu dureza firme
entre mis piernas.
Mis caderas abiertas
en la curiosidad de tus manos,
que me ansían, me desean,
más adentro de mis labios.
Gimes ronco y profundo,
mis caderas te gritan
restregándome en tu cuerpo.
Me adentras, hondamente, fuerte,
con la rabia de la existencia,
y me pierdo.
No sé donde comienzas tú
y finalizo yo…

ETERNA SOLEDAD

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