Quiero deshojar los últimos
versos en la madrugada,
jugar con las palabras
burlándome de su inocencia,
tratar de silenciar
el grito cabreado
de las pasiones olvidadas.
¡Deseo ser libre!
Emprender una senda nueva,
desconocida,
la senda definitiva
por la que pueda, por fin, llegar
al sueño del amor,
la meta deseada.
Estaré tranquilo,
ella aguardará mi llegada,
pero el tren
pasará de largo.
En su interior, los susurros del ayer
acarician mi cuerpo
para curarme las cicatrices
de todas sus ausencias.
José Gerardo Vargas Vega -España-
Publicado en la revista Oriflama 23
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