Conducía con la atención puesta en ella, en sus palabras, en los besos que se debían, en las caricias prohibidas, en los deseos, en su amor, en los proyectos, en el futuro… Y lo último que escuchó fue «No tardes mucho, cariño», que jamás le pudo contestar.
NICOLÁS JARQUE
Publicado en el blog escribenicolasjarque
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