Los Sordos es un thriller pero también es un retrato acabado de la realidad de Guatemala. Cuenta una doble desaparición. La de un niño sordo de un pueblo del interior y la de una joven rica, hija de un banquero, unidas por una suerte de justicia poética.
"Una obra extraordinariamente contenida, parca, intrigante. Una literatura a salvo de gestos inútiles, donde la belleza parece nacer de esa curiosa inclinación por el silencio", la definió Raphaëlle Rérolle en Le Monde.
Los sordos tiene además algo de geografía narrativa de Guatemala: parte del oriente campesino mestizo (ladino) y pasa por la capital: “La emigración a la ciudad es constante y universal. La alimenta esa ilusión de que allí es donde está el dinero. Mucha gente deja en el campo una vida más o menos vivible por un infierno de pobreza”.
Publicado en la revista Todas las Artes Argentina
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