I
En aquellos años
La Delicia la Esmeralda
inventaron trajines
Las alcuzas del aceite y del vinagre
saliéndoles por los ojos
la azucarera de la desesperación
acariciándoles los pechos
la sal caliente de los mediodías
saltándoles entre las piernas
Qué harán
cuando resuciten
la Delicia la Esmeralda
solitas
sobre tanto escombro
II
La abuela es una calle
perdida en los rastrojos
donde la alfalfa tiene un vago
aroma a siesta
La abuela es un recuerdo
de inviernos muy antiguos
Ella se refugiaba en la intimidad del traspatio
para fumar un lento cigarro
y calentarse al sol
A veces me habla en sueños
Su aliento huele a tierra arada
Leonardo Martínez
Publicado en la revista Poesía del Mondongo
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Hace 2 días
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