Se recostó la tarde sobre la noche clara,
y un diciembre en colores se despertó en verano
y aquel grito a lo lejos, como si me llamara,
trayendo mi silencio de soles en mis manos.
Y me vi caminando por un cielo de esperas,
por un camino largo salpicado de flores
apretando en mis ojos dieciocho primaveras,
y un ramo de misterios, de preguntas, de amores.
Y solo Ani se escucha por los cañaverales.
Es el viento que canta su verbo de alegría.
Que se arrima a la fuente con trinos de zorzales,
y devuelve en palabras mi despertar al día.
Muestra mi hermosa cara, mis cabellos al viento,
mi cuerpo de esperanza, mi boca de granada
la sensación celeste que está en mis pensamientos,
y que nos dice todo, sin preguntarnos nada.
Entrego en mis miradas el mundo que amanece,
aprieto entre mis brazos un manojo de estrellas
hay una luna nueva que en mi pecho se mece,
y me acerca la noche, por que soy la mas bella,
la más dulce y pequeña del rosal florecido,
la que habita esta historia por senderos plateados
la que busca emociones por los años vividos,
y enciende corazones y sueños olvidados.
Desato en ilusiones azules sentimientos.
Descorro las miradas detrás de una ventana.
Ana Luisa es mi tiempo que me envuelve en el viento,
y me acuna en la brisa sutil de la mañana *
Ani Cerda -ARGENTINA-
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