Bajo un gran sol, y radiante en su armonía
yo te amé en la quietud de la llanura
en el verde pasto besarte solía,
amándonos con pasión y locura.
Caminamos en frondosos maizales
yo abrazado a tu cimbreante cintura
románticos, gustosos y sensuales,
como fieles amantes sin censura.
Ataviado en sendas verdes campiñas
te entregué yo mi vida y corazón,
cántaro de amor mis ojos y niñas
para los dos, luces y bendición.
De luz un torbellino que desata
del horizonte esas sombras oscuras,
es la luna viajera que constata
nuestro cariño y gratas aventuras.
Y la noche se nos viene muy aprisa,
sinfonía se escucha de golondrinas
la pampa bello atardecer concisa
en medio de ambos, el amor que afinas.
Alfa Omega -Ecuador-
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