Te miro sin hablarte,
te rozo sin tocarte,
y cuál mariposa me allego junto a tu pecho
para aspirar tu fragancia
entre la brisa de mi campiña, los rayos del sol, y de la bella tarde su esplendor,
Mas te veo callado ausente, mirando hacia el horizonte como si en él, me quisieras encontrar.
No me puedes ver, pero yo permanezco a tu lado, como te lo prometí aquella última vez.
¡Ya mirarme no puedes!
Al hablarme no escuchas mi respuesta
no puedes tocarme pero en esa mariposa que pulula a tu lado me miras... ¡Me presientes! ¡Soy yo...!
Karo Alan -México-
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