Supuestamente perdí el control
pero la realidad, la verdadera realidad,
la única realidad, tú nunca la sabrás.
Aquella noche, solo aquella,
pasó algo que no controlé
que me superó, que puso todo del revés.
No te diste cuenta del error
porque supuestamente no lo hubo
o al menos nadie lo tuvo.
Pero el error existió
y lo supe cuando escuché
gemir al viento de placer.
JOSÉ LUIS RUBIO
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