MUJER REA

La mujer real, la verdadera mujer
dista de aquellos patrones,
de pura y delineada belleza
y modales sensuales sin falla alguna,
la mujer real es obesa
flaca, alta, también baja,
tienes esa celulitis
de los años vividos,
las señas de sus hijos
paridos en cicatrices,
con los senos caídos
y el vientre flácido,
por manipulación de sus retoños
y de maridos ávidos,
la mujer real, es madre
hija, hermana, esposa y abuela,
es la madura fruta
la leona en celo,
sus estría son señales
de tiempo, partituras,
costales de dolor
y alegrías exprimidas,
amarguras calientes junto a dichas
de tristezas videntes,
sus nalgas son flácidas
y sus caderas anchas,
y sus manos sufridas
en el rumor candente,
la mujer real es bella
bella desde su interior mismo,
y no es esa atleta
ni esa actriz, ni esa modelo,
es aquella que a diario
se asoma en el desvelo,
entre lustres y arte
de su hogar entre velos,
a la mujer real, se le cae el pelo
dice palabrotas, suda como un camello,
esa mujer real
entre mares de amor y dolor,
joya inmensa
manantial para sus hijos,
valiente dama
cómplice y amiga,
consorte gorda
y flaca estera,
donde corre la vida
y se agita la huella.

José Vicente Castro Romero -Colombia-