La nostalgia debe llamarse faraona,
debe ser un poco virgen, un poco puta,
estar muerta, arrojada.
Debe llorar cuando no la encuentran,
A tragos grandes, con café y de noche.
Llamarse cielo verde, reventarse,
almidonarse las solapas y salir por la boca,
tragada, masticada, invertebrada.
La nostalgia debiera amarrarse al cuello,
apretar de a poco,
arrugarse,
parirse por el ombligo,
matarse a carcajadas.
Del libro Creaturas cotidianas de
Jasmín Cacheux -México-
Publicado en Suplemento de Realidades y ficciones 81
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