Esta corona de espinas
sobre mi frente.
Esa cuerda de violín que corta
mis labios y mis venas.
Un beso que es puñal de otro beso
sangrando sobre el papel.
Y ese dolor de naturaleza
que muerde la emoción y las entrañas.
Quiero mi muerte azul.
Quiero mi cicatriz de luna.
Quiero un campo donde dejar reposar
mi piel y mis cabellos.
Y esa pluma de ángel
con la que cortarme los ojos y los dedos.
Vendrá las sombras de las ninfas
a morder la piel de los que no sueñan.
Y dejarán sobre la mar
un rastro de pupilas muertas.
Toda mi alma dejaré en un poema
que sangre corazones y raíces
por cada una de sus letras.
Y el alacrán rojo de la pasión
encontrará un nido de flores
en mi costado abierto por la cuerda del arpa.
Quiero un jardín en el pecho
donde florezcan aquellos jacintos
que tenían ocultos entre sus pétalos
heridos por el amor y el tiempo.
caras de niños buenos.
Quiero mi dolor blanco.
Quiero mi sangre negra.
Quiero morir de amor sobre tu cintura
Con mis cabellos desatados
convertidos oscuras enredaderas.
Debora Pol
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