Llegaste como llovizna amable,
te quedaste como lluvia sensual
con labios secos, ahora eres
tormenta con fuego en las venas,
boca en llamas donde deseo
quemarme, piel ardiente donde
mis manos derriten sus caricias
y los versos se encienden
aun mojados.
Llegaste con una mirada franca
y tierna, sin tocar abrí mi puerta,
quedaste despierta en mis sueños,
ojos de luna penetrando los deseos,
en tus pupilas aires tranquilos, en tu
retina vientos arrebatando la ropa
del romance, besos invisibles
punzantes con sabor de mil noches
de espera.
Llegaste como ola tímida,
mojaste mi playa con el arte
de tus aguas, quedamos
ahogándonos entre labios
dulces y el deseo salado de
suspiros guardados, llegamos
vestidos de ilusiones, quedamos
desnudos en la línea de la pretensión,
aprendiendo a tocarnos sin mirarnos,
besarnos en los labios del viento,
y amarnos bajo la lluvia
de los pensamientos.
Llegaste como brisa suave
y nos quedamos bajo la lluvia
de los deseos, húmeda la piel
del alma, goteando versos
en tu espalda, salpicando
letras llegaremos al mismo
sueño donde seremos niebla
del mismo cielo.
Luis Emilio Tigüilá Robles -Guatemala-
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