La vibración del Timbal,
no es bello por su vacío,
si no, las manos que lo saben tocar.
Roberto J. Martín
No intentes reprimir mis alegrías
que mi pena la tengo amortizada,
ahora tengo ya el alma amordazada
de sufrir los castigos en porfías.
No puedes anular mis fantasías
que la vida la tengo controlada
en un mundo de gente embelesada,
mirándose el ombligo días tras días.
Residente en prestigio, que es ajeno,
te ufanas de los pagos del erario
de engrosar la cultura a tus gregarios.
No te creas que tu acierto, es grande y pleno,
pues fijada al botón del mandatario
depende de los votos de sicarios.
Roberto J. Martín
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