A veces yo me quedo suspendido
sobre mis propios pies o Dios me sube
involuntariamente en una nube.
Es una sensación de estar transido
por un amor sin límites al mundo.
Entonces no preciso la noción
de imaginarme la resurrección.
¡Me siento regresado en un segundo!
A veces tantos gozos me visitan
en cuerpo y alma que posibilitan
la gracia de encontrar en mí lo santo.
A veces yo deambulo por el cielo
y puedo traspasar el denso velo
de caminar la tierra sin espanto.
Jorge García de la Fe
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