El poeta sueña despierto,
quizás con un mundo incierto,
sonríe en silencio; mientras
la llaga llora.
El poeta anhela que cambie
el mundo sus apatías,
que no sufra más miserias,
que el amor no se quede
a medias.
El poeta sueña y anhela
un amor libre de violencia
un mundo mejor donde
la infancia reina.
Y unidos en una sola voz,
cantemos desde el corazón
una melodía de paz,
y que los niños no sufran más
las consecuencias del divorcio,
o de una simple mala planificación.
Noelia Arreigue -México-
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