¿Donde estás amor, que me atenazas? ¿donde estás amor, que me destierras?
Con tus garras lastimas la herida que aun no cierra.
Fueron días de eterna primavera,
cuando en el rosal brotaban lirios
y en los tulipanes, margaritas.
Mariposas saltaban en el río y los peces hacían nido.
Todo nos parecía incongruente,
no había razón, sentido ni misterio, todo como la luz de un tibio dia, nos parecía iridiscente.
La tibieza de tu voz, como cascada, enardecía con murmullos mis sentires y en la suavidad de una caricia, la paz de mi alma, adormecía.
Que transformó la luz por las tinieblas, se apagó el aplauso al destino, cuando decías: "¿marcó nuestro camino?"
Todo cambió en un instante.
Nunca sabré lo veloz de tu partida.
Fue de improviso que llegaste y fue de improviso que marchaste.
¿donde estás amor, que aun no te olvido?
Mayda Alvarez
No hay comentarios:
Publicar un comentario