No a veces no alcanza, el fuego impío de nuestras almas
el frío ha quemado mis instintos y mis gastadas ansias
la negra ausencia rapta, lo más remoto que aquí quedaba
el vestuario que hoy me viste, a mis ojeras delata.
chorrea en el cristal un sustrato, de la humedad de tus besos
son fósiles encontrados, en aquellas tardes de aburrimiento
mientras abrigo mi silencio, con el calor de tus pretextos
aquí me sostienes, y ante tu fuerza no me atrevo.
Cuando la sangre se tranquiliza, y observo de nuevo aquella señal
Mi mente se cristaliza ante tan magna, y contradictoria realidad
Y alguien toma mi palabra, llenándola de un blancor existencial
Alguien que en mis labios, dejó olvidado un libro a la mitad.
¿Hacia donde irá este río, lleno de transparentes palabras?
¿A dónde irán mis días, que aparentemente no son nada?
Vivir en el extremo indeciso, no es una manera de existir
El claustro sabor de los vicios no permiten morir.
MARÍA ISABEL SALVATIERRA -Argentina-
Publicado en Gaceta Virtual 117
No hay comentarios:
Publicar un comentario