viernes, 25 de noviembre de 2016

PANIFICADO


Viento violento
me despojó de mis ropas
así que me cubrí de harina.

Rey de Escarabajos
jinete del estiércol
me echó sus pelotas.

Padre de barba blanca
dientes cansados
en el día plateado
de mi quiniela perdedora
1-X-2.

Cargado con las palabras
en sacos de entrañas
al golpe de estado de la locura
para no quedar solitario
entre pájaros plásticos.

Padre y padre nuestro-tuyo-mío,
tan solo alguna moneda
deja caer en mi chistera
de conejos imposibles con dientes curvados,
¡el dentista está muy caro!

Voló, es lo mejor
de mi abuela la mano
la voz baja
las arrugas surcos de huerto.

Del perro sarnoso
del perro olvidado
amigo por siempre.

Alcohol de mi tumba honda
licuador de mi tiempo-cuerpo
cabal de cabaña hermética.

¡Estira de la cadena!
da igual a donde vaya a parar
¡para, para! Panero a tus panes
yo a mis males
mis quinielas como exlibris.

Marido-padre-ama de casa-paseante de perro
escritor de bollería industrial poeta de ultracongelados
tejedor batido,
¡Panero gracias por la ouija!
Versículos
enjambre de moscas verdes
en el estiércol
alas de eclipse
zumbidos al puño y golpe
46000
la mañana no es fría
el frío soy yo.

Con hilos marionetinescos
descendido
en el parque agrietado
del señor que habla con los gatos
de Manolito el Buda iluminado
de heces y orines caninos,
alrededor de mi chaqueta y mis pantalones
portadores apenas de pellejo.

Estatua de sal amarga
ya te dejé en la alcantarilla de mi libertad
ya me dejé en el desierto
del que tanto hablo
del que poco sé.

Labios de alfileres
ya salté del acantilado óseo
con extensión de gruñido de perro
a ese Sol falso
a esa fetidez de mis pedos
recuerdos cangrejo
en página próxima paja.

Árido deshuesado
ya me partí en dos
para irme tintineante
crujiente entre campos de trigo reseco.

¡Oh Dios!
reparte tormentas
reparte algo más de moho
cansado está uno ya de ti
de tu carcasa hueca
mortaja de cuervos
o me voy triturando o tamizando o pelando.

Cómo ese camión de puercos
ya dados la extremaunción.

Coito agónicos
o las llamas de la escarcha
en varios de mis ojos
que son huevos duros
que son pozo de nevera.

Cierre nasal a mi peste rectal
a la peste universal
de la regla jaula
y de la jaula piel.

Pan bajo el sobaco
pan bajo el culo
recitar al hierro y al peltre
murciélago aplastado contra senos de porcelana.

¡Al pan, pan!
Hormigas oxidadas y herrumbrosas
de chimeneas de carbón.

Agua bendita de mente cuarteada
yo entre cadenas cadenitas
yo extinguido en luz anal.
yo hermético de fosa
malsueño maledicto mal de mal.

Un poco hacia delante amorfo
bobo
dogal de la lengua de camaleón
pansido
flor pútrida.

Hidalgo perdido y chamuscado
carne de pollo frito
hidalgo astillado
torcido o retorcido.

Lo hermoso
entre almendros y cadáveres.

Pan duro
migas de mí.

Así se acaba si se escribe demasiada poesía
con hambre y agujeros
arrugadas hojas
de mi tiempo roto
por el camino de los puentes
al borde de mis ojos huecos
la granítica espina dorsal.

Del libro El libro negro de Carlos Daminsky (España)
Publicado en Editorial Alebrijes

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