jueves, 24 de noviembre de 2016

LA MUERTE NO PROHIBE SER POETA


No sé de qué estoy vivo.
Vengo a visitar los días
y el tiempo olvidó memorias pro mis ojos.
Debo dejar la soledad intacta,
borrar mi silencio habitado.
Existo.
Es la señal.
Se puede morir en el mismo dibujo
y tu rostro
apenas un complemento del destino,
un paso por la sangre
un relámpago hacia nosotros,
con todo el infinito al cual no volveremos
para intentar de nuevo ser principio.
Y el día converge
en el sitio adonde espero.
Pongo un sueño dentro de otro sueño,
con la muerte suspensa
a mitad del cansancio.
Hay un silencio que ha nacido
para decir amor y volver al silencio.
Y todo está a los pies de la ausencia:
un escombro de días adentro de otros días,
una esperanza voraz,
y el tiempo se detiene.
Paso a trasluz de mi esperanza,
atravieso mi voz
y sigo mi camino.

ALFONSO NASSIF -Argentina-
Publicado en Gaceta Virtual 117

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