Solo es contemplar el alba, y veo tu Majestad,
inclinarme ante semejante pintura,
cual lienzo el mejor de los pintores desearía,
solo es mirar la vida naciendo como un ser complejo,
contemplo tu mirada,
solo es sentir el calor que inunda mi cuerpo de energía sin límites,
contemplo tu voz,
solo es sentir el suave brillo acariciando mi rostro,
susurrándome a los oídos el canto celestial, de la inmortalidad,
siento tu majestad, observo el cielo, como das formas a las nubes,
y las enrollas como un pergamino,
el color azul cual agua de mar se asemeja,
veo tu rostro, por donde camino,
escucho el canto la melodía de los pájaros,
y escucho tu lamento,
¡Humanidad!, ¿Cómo no puedes ver a tu Creador, en este tu hogar?,
en el día trato de contemplar el sol,
y su luz ciega mi mirada, trato de verte cara a cara,
pero tengo un límite para ver tu resplandor,
un velo haz creado, para buscarte en la soledad,
en la tristeza y en la alegría, en el llanto y en hambre,
en la riqueza y en la pobreza, en la noche veo las estrellas,
que cantan su canto, canto que discierno,
al ver esas almas palpitar,
veo Tu Majestad, en el niño nacer, también en el mal crecer,
porque me das la oportunidad,
de cesar mi mal proceder,
para así contemplar tu Majestad,
si quisieras este juego lo acabarías de una vez,
más tu Majestad nos dejas ver.
¿Qué sería de la vida? Sin un día de Tu amor,
¿La vida tendría sentido?,
no lo puedo explicar,
porque tu Majestad me hace contemplar tu Divinidad.
Immanu'el Levi Roy
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