jueves, 27 de agosto de 2015

EL SEGUNDO NACIMIENTO


Murió al nacer, pero la criatura, que venía rebelde, no se conformó con su destino. Ni siquiera había tenido la oportunidad de ver el mundo y, además, le gustaba la madre que lo había parido con dolor, muchísimo dolor, así que, en cuanto volvió al origen, se alineó entre los embriones que hacían cola ante las puertas de la vida.
Le costó un año que le llegara su turno, y otros nueve meses reunir las fuerzas suficientes para impulsarse fuera del acogedor útero materno. No se precipitó.
Esta vez su madre no le fallaría. La muerte la había hecho fuerte.

Del libro El espectáculo más hermoso de SALVADOR ROBLES MIRAS
Publicado en Los libros de las gaviotas

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