El fuego de tus ojos me domina
controla suavemente mi deseo
el alma en un vapor se difumina
transformada en frenético himeneo.
Y Vulcano nos mira sorprendido
que el calor que desprende la su fragua
ha quedado de nuevo así vencido
del gigantesco fuego de tu enagua.
Mi corazón quemado ya agoniza
el fuego de tu amor lo ha desplomado
mi corazón es solo ya ceniza
por tus ojos de llamas derrotado.
JOHN ROQUÉ
Compartido por Julio G. del Río
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