Dios, hoy he decidido
echar un vistazo
a tu auditiva ausencia Divina
Y como dices
y dicen que estás en todas partes
Deberías alojarte por un tiempito
Impávido y nada más por táctica
Mezclarte, por nosotros
Y mojarte con nuestros alrededores
Y sentir odio del que nace desierto
Dejar de ser omnipotente
y morir de la duda
en la Revelación de las cosas
Sufrir con la incertidumbre
lo que propone la Muerte
Deberías salir del escondite
ir por los Wal-mart
Como cualquier hijo de vecino
Enigmático como los sueños
Salir de vez en cuando
de las palabras
Y como asaltante del tacto
perder contacto
Con el delirio
de la esperanza
Deberías por un tiempito no más
alojarte en la razón
Y hacer del Amor
un campo de batalla
Solo por un tiempito
Después de todo, no dejas
Y te alejas como un enjambre
Con todas las repuestas
Y con más preguntas
¡Qué retórica desdicha!
Dios, después de todo.
Luis Alberto Rivera Rodríguez
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