Sopor de estío, enamorada,
tiritas sudor caliente.
Escozor de flor hiriente,
boca ansiosa, calcinada...
Noche… fiebre insospechada.
Demanda de amor silente.
En una aurora de otoño
juega con la luna un pez.
Luce escamas de centellas
Tules de azul, risa, guiños…
un jazmín blanco, un cariño,
vuelcan el cielo al revés.
Pétalos, vértigo nacarado.
El viejo búho despierta.
El sol que luce cansado
El sol que sabe de fiestas.
Las estrellas le abren paso
entre caletas de arena.
Mi amada viste de encajes,
un bretel le he desprendido.
Arponero del pillaje,
desprecio al arrepentido,
de amar tan solo mirando,
de encanto …
de poseído.
Sueña su fiereza el tigre.
Hiende en mi corazón sus garras.
Brota el despecho y la sangre…
¡Cuánto me dolió aquel engaño¡
Y como de miasmas, un lirio.
De un Otoño nació un marzo.
Gozoso bordón de guitarras
que tu corazón sedujo.
Para volver a empezar
Y olvidarme de los años
Que me volvieron espectro,
Colgajo inútil.
Mendaz.
LUIS ALBERTO GONTADE ORSINI
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