Quise poner un nombre
al fruto de mi porvenir
Un nombre que no fuese absurdo
Un nombre que me permitiera vivir
Así naciste
Así dejaste de vivir
Te repartiste por el mundo
Alejándote de mí
Caíste en la más absurda suerte
Dejando de ser un honor
El pan de los fuertes
Los ávidos de corazón
Nacieron contigo esclavos
Nacieron de ti la compasión
La pelea por ser un “más”
La angustia de ser un” no”
Contigo nace el oro
Para parar en ese maldito rincón
Ese rincón de la mente
que en tirano me convierte
Hiciste nacer un día
Hiciste nacer una noche
En los mismos quisiste desaparecer
Para llamarte pecado
Y por fin hoy descansé
Nunca cobré por quererte
Y energía en mi amor gasté
En un tiempo cobraste con la vida
En ese día descansaste
Y lo hiciste por obligación
Obligación a un culto
Sin motivos y sin razón
MANOLI SAN MIGUEL HERRERA
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