Al fondo de la entraña se me agita
maremágnum de fuerzas encontradas,
reluctantes al yugo, y sus brigadas
corren la tierra a mi interior adscrita.
Bandas de forajidos, en maldita
misión de atracos, cuyas algaradas
vienen y van, asaltos, retiradas,
y el variado botín que los incita.
Pillaje de ira, de odio, de lujuria,
que estos vikingos, en urgencia y furia,
hacen pasar por condición humana.
Y en el fondo, qué mágica belleza
despiertan en nuestra íntima flaqueza,
tan hastiada de angustia puritana.
FRANCISCO ÁLVAREZ HIDALGO -In memoriam-
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