Atraparlo en su propio nacimiento
de tiempo y de lugar, y en clandestino
golpe audaz, detenerlo en su camino,
prolongando su mínimo momento.
Tal será la misión en que cimiento
mi propio bienestar. Cuando el destino
se ofrece y se retira, yo me obstino
en aceptar, pero extender, su evento.
Cada punto en la línea de la vida
muere al nacer, y así queda perdida
la alegría, que apenas se ha explorado.
¿Y si ese punto fuera doloroso?
Mataría el instante, y en un foso
de amnesia quedaría sepultado.
FRANCISCO ÁLVAREZ HIDALGO -In memoriam-
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