martes, 6 de mayo de 2014

INCANSABLES DÍAS


El inagotable desasosiego llena las páginas por escribir de grumos sin cauterizar,
loemos el móvil instante que no volverá.

Que la dignidad del que nada quiere,
ni tan siquiera la melancolía del olvido sea la

insondable inercia de los incansables días,
porque serán ciertos los aciertos y las certezas.

Miremos a los ojos a los miedos transidos,
y coronemos con espíritu audaz el fin último de la creación.

GUILLERMO JIMÈNEZ FERNÁNDEZ -Mérida-

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