Si me esperas, no envuelvas tu desnudez,
espérame libre, como la rosa soberana,
dame tu piel, tu alma, se al fin mi ama,
para siempre, no quiero solo una vez.
Deja que fluya en tu cama,
lo que verdaderamente sientes,
¿Para que sigues con él, y le mientes?
Si es a mí, solo a quien amas.
Tu belleza, y el ardor de tu vientre,
solo a mí… solo a mí me pertenece,
¿Para que ese querer que fenece?
Si es en mí, en quien piensas siempre.
Mar de lágrimas hay en tus ojos,
olas de fuego, invaden tu corazón,
loca estas, vas a perder la razón,
si no cuidas de tus enojos.
Nos esperaremos ¿Quien sabe hasta cuando?
Es que nuestro amor es tan difícil,
ambos tenemos la misma crisis,
en nuestra cama, otro cuerpo dormitando.
Quien sabrá del futuro, el pasado ya ha partido,
¿Que nos queda mujer? Sino la vida esperar,
que ella responda, si nos deja amar,
y nos perdona a ambos, este amor prohibido.
José Prado -Estados Unidos-
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