Rayos de angustia
se cruzan en la mente,
la duda se agiganta,
un tren avanza
en la niebla de la noche
como un sonámbulo perdido
en las redes del destino
IX
El sol derrite las orillas
solo la luz quiebra el silencio,
el patio brilla
un hilo de agua
dibuja los bordes de la vida.
X
Latidos de la noche
en los pasillos de luna,
una gota intermitente
derrumba las paredes,
crujen las ataduras,
la vida se desliza
como un río de llamas
que nace en la penumbra.
XI
Charlas de enamorados,
encuentros clandestinos,
una copa abandonada.
Asciendo a tu deseo
como ola temblorosa
derramada por el viento.
Sacerdotisa de la noche
derrama esencias
en los cuerpos abrazados.
XII
Subió el aroma de la hierba
hasta mi cuarto,
tus manos
se enredaban con el viento
que acariciaba
mi rostro
lentamente.
XIII
Huellas del pasado
gravitan en mi mente,
no hay un solo día
que no agonice
por tu ausencia,
sólo espero encontrarte,
después de tanto tiempo,
en los ojos de otros niños
sabiendo que me miras
sin mirarte.
XIV
El río se devuelve
en el sentido de mi cuerpo,
busca la orilla circular
de la simiente,
húmeda quietud,
arena y musgo
en el lecho oscuro
del fondo del abismo
Lilia Boscán de Lombardi -Venezuela-
Publicado en la revista Todas las Artes Argentina
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